La firma española BQ ha pasado de ofrecer unos teléfonos que solo podían presumir de precio y nacionalidad a unos terminales que, sin olvidar sus raíces, comienzan a hacerse un hueco en la gama media.
Aquaris E6, con sus descomunales seis pulgadas de pantalla, es uno de los embajadores de la gama Aquaris E de bq (el otro es el más modesto en tamaño, aunque no en componentes, E5 FHD). Y lo es por dos motivos: ofrece un formato poco explorado -especialmente
por debajo de los 300 euros- y, además, lo hace con un producto de calidad.
En algún momento del último año alguien en BQ debió decidir que vender nacionalidad no es tan fácil, sobre todo con una marca España tan devaluada. Ser barato y español es ser canterano en el Real Madrid de los Zidanes y los Pavones y ya sabemos que eso no funcionó. Pero también es posible ser Ramos, Koke o Iniesta.
Así, la compañía se puso manos a la obra y tomó las riendas de todo el proceso de producción. Diseño, materiales... Lo dijeron en su presentación hace unos meses: querían que fuese el primer terminal con ADN 100% español o, al menos, acercarse todo lo posible a ese porcentaje (al fin y al cabo, si utiliza Android nunca podrá ser completamente patrio).
Se lanzaron varios móviles con tamaños y precios que van desde las 4 pulgadas y los 129 euros a las 6 y 299 de este tope de gama (puesto que, recordemos, comparte con el E5 Full HD y en cierta medida con el
E5 HD).
El Aquaris E6 es absolutamente descomunal. Sus 6 pulgadas parecen todo lo que se puede necesitar en términos de pantalla y en ocasiones hasta resultan excesivas. Aun así, el espacio está bastante aprovechado y el marco parece haberse reducido todo lo posible. Es voluminoso y puede resultar incómodo en según qué pantalones, pero debería caber en todos.
Su resolución Full HD (1920 x 1080, para un total de 367 píxeles por pulgada) es más que correcta. Hace unos años -o, incluso, meses- habría estado entre los mejores dispositivos en este aspecto, pero las gamas altas ya se sitúan en el entorno de los 500 ppp. De todos modos, y aun a riesgo de resultar repetitivo, hay que tener en cuenta que es un móvil que debe compararse con lo que hay disponible en este rango de precios y ahí hay pocos competidores que puedan soportar el mirarse ante un espejo de estas proporciones.
El procesador Mediatek de 8 núcleos a 2 GHz y los 2 GB de RAM dan lugar a un rendimiento fluido en el que los fallos solo deberían notarlos quienes vengan de un terminal muy superior. Pero es que si conduces un Ferrari luego es complicado ponerte al volante de un Golf... por muy bueno que sea.
Con la cámara ocurre lo mismo: las comparaciones son odiosas cuando las haces con alguien que te va a ganar. BQ se quiere posicionar como marca de calidad y es lógico, pero debe comprender que le viene mucho mejor ser comparada con los terminales que no tienen nada que hacer contra sus productos. En definitiva, cumple de sobras, pero no ganará ningún premio.
Tal vez lo más significativo sea precisamente esta comparación. Aquaris E6 ha conseguido que desde el momento en que sale de la caja -el empaquetado, por cierto, no tiene nada que envidiar al de las grandes, y cuando se cuidan hasta estos detalles suele ser buena señal- el reflejo involuntario sea pensar en la gama alta, a pesar de que por precio no lo es.
Pero si la Real Sociedad pudo ganar una liga y el Villarreal de Riquelme llegó a semifinales de Champions, BQ puede pedir un pedazo más grande de la tarta del mercado. Tal vez no sea
el mejor teléfono, pero, como Batman, sí es el teléfono que este mercado necesita: la gama alta de marca blanca.
